
Pasamos una semana conduciendo el Toyota Corolla Hybrid LE 2024 por centros urbanos congestionados, calles estrechas de vecindario y garajes llenos para evaluar lo fácil que es aparcar, su economía de combustible en situaciones reales y su maniobrabilidad a baja velocidad.
Nuestro auto de prueba fue un Toyota Corolla Hybrid LE 2024 (tracción delantera), equipado con un motor de cuatro cilindros de 1.8 litros de ciclo Atkinson, la e-CVT de Toyota y una pequeña batería de iones de litio debajo del asiento trasero. La potencia del sistema es de 134 hp, y la EPA lo califica en 53/46/50 mpg (ciudad/autopista/mixto). Números clave para la ciudad: 182.5 pulgadas de largo, 70.1 pulgadas de ancho, y un círculo de giro de 35.6 pies de borde a borde. El espacio del maletero es de 13.1 pies cúbicos, con asientos traseros que se pliegan en una proporción de 60/40.
Las pruebas se realizaron durante siete días en el denso tráfico del centro y en antiguas zonas residenciales, incluyendo estacionamientos en paralelo, giros en U en calles estrechas de dos vías, y entradas repetidas a un garaje de varios pisos con una altura de 6 pies 6 pulgadas. Hicimos mandados cortos con arranques en frío frecuentes, más un recorrido mixto de 40 millas para medir la economía bajo condiciones típicas de un viajero. Estacionar es sencillo. El voladizo delantero relativamente corto del Corolla y su dirección predecible ayudan a colocar la parte delantera con precisión, y la cámara de reversa estándar con guías dinámicas facilita juzgar los bordes de la acera.
El monitor de punto ciego y la alerta de tráfico cruzado trasero de nuestro coche resultaron realmente útiles al retroceder entre SUVs. El círculo de giro de 35.6 pies no es de subcompacto, pero permitía giros en U de una sola maniobra en muchas calles residenciales; los espacios en paralelo de unos 16 pies eran consistentemente factibles con una sola corrección. La visibilidad es buena a través de los cuartos delanteros; los gruesos pilares C significan que tendrás que confiar en los espejos y la cámara al retroceder en diagonal. La economía de combustible en la ciudad es excelente.
Frente a la cifra de 53 mpg en ciudad de la EPA, nuestro mejor recorrido urbano devolvió 52.7 mpg con un acelerador suave y trayectos cortos; el promedio de la semana en mandados mixtos y congestión fue de 49.3 mpg. El sistema híbrido frecuentemente se desliza con energía eléctrica hasta velocidades de vecindario, y los reinicios del motor son suaves. Con un tanque de 13.2 galones, se puede esperar entre 550 y 600 millas por llenado en el uso urbano típico si conduces de manera eficiente, incluso considerando el uso del HVAC y las pendientes. La maniobrabilidad a baja velocidad es una de sus grandes virtudes.
El esfuerzo de dirección es ligero pero lineal, así que las rampas de garaje estrechas se sienten naturales, y la configuración del acelerador evita tirones al avanzar en el tráfico. La mezcla de frenos entre regeneración y fricción está bien equilibrada, permitiendo paradas precisas a baja velocidad. La calidad de marcha en ruedas de 16 pulgadas es adecuada sobre tapas de alcantarilla y pavimento irregular, aunque los baches profundos aún generan un golpe. La aceleración en la ciudad es suficiente; de 0 a 30 mph es rápida, mientras que la e-CVT deja que el motor ruede un poco si aceleras a fondo para incorporarte.
En general, el Corolla Hybrid es un compacto altamente adecuado para la ciudad: fácil de estacionar, ahorrador de combustible y sin estrés en el tráfico pesado. Prioriza el paquete de monitor de punto ciego/alerta de tráfico cruzado trasero, y considera los sensores de estacionamiento delanteros si están disponibles en tu mercado. Si necesitas más flexibilidad de carga, el Corolla Hatch no híbrido es más fácil de aparcar; para una economía y tecnología aún mejor, un Prius vale la pena comparar. Los conductores que buscan una aceleración más contundente pueden preferir un rival turboalimentado, pero para el desplazamiento urbano, el Corolla Hybrid da en el clavo.